Los sustantivos femeninos que empiezan por «a» tónica pueden ir precedidos del artículo masculino «el» en determinas circunstancias.
Estas son algunas de las reglas que determinan el cambio del femenino por el masculino:
1. El artículo masculino «el» tiene que estar junto al sustantivo que empieza por «a» tónica; es decir, que no tiene que haber palabras interpuestas. El agua; pero la abundante agua.
2. La hache se considera muda a todos los efectos y no impide que se apliquen las reglas. El hacha.
3. La regla de anteponer «el» a estos sustantivo femeninos solo se aplica en el singular. El águila; pero las águilas.
4. Los nombres de letras, los de persona y ciertas palabras que se han incorporado al diccionario recientemente no siguen esta regla. La hache, la Águeda, la árbitra.
5. Cuando el sustantivo se utiliza en diminutivo tampoco se antepone con «el» sino el femenino que corresponde. La aguilita, la hachita.
6.- Si la palabra es compuesta y deja de ser tónica la «a» inicial, entonces el artículo que antecede vuelve a ser «la». La aguanieve.
7. Las palabras referidas pueden ir precedidas de un o una, algún o alguna, y ningún o ninguna. Un águila; una águila.
8. Los demostrativos antepuestos solo pueden ir en femenino. Esta agua, esa hacha, aquella águila.
9. En las siglas se emplea el artículo que corresponde al desarrollo de la palabra. La AMPA.
Repetimos de nuevo la CONDICIÓN NECESARIA PERO NO SUFICIENTE: se antepone el artículo masculino «el» a un sustantivo femenino, únicamente cuando los sustantivos empiezan por «a» o «ha» tónicas.